Peluquería
Siempre tuve la fantasía de poder realizar un proyecto en este local, ¡y llegó la ocasión! Dos niveles de gran volumen, tanto en planta como en altura. Un patio en toda la fachada trasera con derecho de uso y con un extra de luz, siempre bienvenida y que, gracias a unos lucernarios, la regaba también a la planta del sótano.
El encargo, algo más que una peluquería. Un concepto con cabida para la venta de productos, de complementos, ropa, o accesorios, con itinerancia. Y para la formación y la información. Este local da para todo. Y nada permanece para siempre.
Renovación de instalaciones de instalaciones y capítulo especial para la iluminación, con especial atención en los puestos de trabajo y colocando piezas importantes en armonía con el proyecto de interiorismo.
El blanco tenía que seguir siendo ese súper color que siempre había dado el alma a los continentes de este contenido. Elegir piezas y elementos para ese gran lienzo nos abrió un abanico de posibilidades que fue tomando forma de manera fluida y con un resultado cromático fresco, armónico, en el que relajarse y concederse momentos de cuidados personales.
Se requerían espacios para la privacidad, lo que se solucionó con la instalación de unos paneles japoneses diseñados especialmente, igual que la gran división blanca a base de planchas micro perforadas.
Sillones profesionales maravillosos, sobre un suelo de gresite que convive con una alfombra llena de color, butacas lounge para ese momento de espera con un té, plantas que te hacen respirar, maderas, hierro de forja, estanterías industriales, revestimientos a media altura, …un conjunto de decisiones que, una vez puestas en contexto, hicieron el resto.